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La manifestación fue convocada por la comunidad educativa del Instituto de Formación Docente Nº 3, donde estudiaba la joven Laura Vázquez, quien pereció en la caída. El Consejo de Género de San Martín de los Andes también se sumó, así como varias organizaciones ocupadas en la misma problemática, y otras sociales y políticas.
La columna, que se prolongó por más de 100 metros, partió desde el destacamento de Policía de Tránsito en Villa Paúr, sobre la Ruta 40, para llegar hasta el centro de la ciudad y confluir en el IFD3.
En la semana se reclamó a los concejales que elaboren un proyecto de ordenanza que declare la "emergencia por violencia de género" en la ciudad, de manera de combatir la invisibilización y habilitar nuevos instrumentos para combatir este flagelo.
También hay coincidencias en la recurrente demanda por crear una casa de tránsito para las mujeres y niños afectados por la violencia de género.
Si bien la investigación judicial aún no produjo conclusiones, los indicios señalan que Alejandro Báez habría asumido la dramática decisión de acabar con su vida y la de su novia arrojándose con el furgón desde el Camino de Siete Lagos a las aguas del lago Lácar.
La tragedia provocó hondo dolor en la comunidad y una ola de repudios de las organizaciones, pero lejos está de ser la única. En efecto, esas mismas agrupaciones se ocupan con frecuencia de otros casos en esta ciudad, de menor trascendencia pública pero también graves.
Por otra parte aún están frescos los recuerdos de otros dos episodios que conmocionaron a los sanmartinenses. En marzo, otra joven alumna del IFD3 fue brutalmente golpeada por su ex en plena vía pública. Y en febrero, un hombre mató a su expareja y se suicidó, en pleno centro de la ciudad.
