Julio Rajneri
El ministro de Energía de Neuquén tenía una inmejorable oportunidad de disipar las dudas que la operación de Amarga Chica despierta por motivos por cierto más que fundados, tanto en lo que se refiere a su conveniencia como a su legitimidad.
En la entrevista concedida a “Río Negro”, podía o debía demostrar las razones que justificaran una alianza de YPF con Petrolera Argentina, la adjudicación del yacimiento a esa UTE a pesar de que Entre Lomas había ofertado una inversión mayor, y finalmente el motivo por el cual YPF pagaba cuatro millones de dólares por una parte de las acciones de su improbable socia a pocas semanas de la adjudicación.
Nada de eso ocurrió y la ruta del dinero sigue demasiado parecida a una operación ilegal. Coco suministra explicaciones, pero sobre la conveniencia para P.A. de integrarse a la UTE, cuestión que es más que evidente y no ofrece dudas; sin embargo no da ninguna sobre las que pudo tener YPF para hacerlo, con lo que resulta claro que tiene dificultades para encontrar un justificativo medianamente plausible.
Pero además suma nuevos elementos que arrojan más evidencias sobre la real naturaleza de la operación.
Afirma que Gas y Petróleo no puede hacer nada para observar una operación de venta de acciones como esta. Él mismo se encarga de demostrar lo contrario, cuando reconoce que no solamente pudo rechazarla, sino ofrecer comprarla al mismo valor de la oferta, o sea ejercer la primera opción.
El ministro de Energía de Neuquén tenía una inmejorable oportunidad de disipar las dudas que la operación de Amarga Chica despierta por motivos por cierto más que fundados, tanto en lo que se refiere a su conveniencia como a su legitimidad.
En la entrevista concedida a “Río Negro”, podía o debía demostrar las razones que justificaran una alianza de YPF con Petrolera Argentina, la adjudicación del yacimiento a esa UTE a pesar de que Entre Lomas había ofertado una inversión mayor, y finalmente el motivo por el cual YPF pagaba cuatro millones de dólares por una parte de las acciones de su improbable socia a pocas semanas de la adjudicación.
Nada de eso ocurrió y la ruta del dinero sigue demasiado parecida a una operación ilegal. Coco suministra explicaciones, pero sobre la conveniencia para P.A. de integrarse a la UTE, cuestión que es más que evidente y no ofrece dudas; sin embargo no da ninguna sobre las que pudo tener YPF para hacerlo, con lo que resulta claro que tiene dificultades para encontrar un justificativo medianamente plausible.
Pero además suma nuevos elementos que arrojan más evidencias sobre la real naturaleza de la operación.
Afirma que Gas y Petróleo no puede hacer nada para observar una operación de venta de acciones como esta. Él mismo se encarga de demostrar lo contrario, cuando reconoce que no solamente pudo rechazarla, sino ofrecer comprarla al mismo valor de la oferta, o sea ejercer la primera opción.